Los ojos azules,
la piel morena,
la mente roja,
la mano izquierda.
Los deseos pulidos
volcados en un pelo
siempre perfecto.
Alto y bajita,
mudo y bocazas,
ingeniera y tonto laba,
ella casada y
la otra divorciada,
cura y atea de pura raza...
Sabe Dios que en verdad,
los pecados no matan,
y endulzan la boca
del que come manzanas.
Clara Criado Escribá
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